LUGARES UNESCO

El amor que siente Israel por su historia se ha visto, en los últimos años, premiado por la UNESCO.  Al día de hoy, cuenta con 9 lugares Patrimonio para la Humanidad, cada uno diferente pero todos sumamente atractivos.

La ciudades vieja de  Akko, Massada, la Ciudad Blanca de Tel Aviv, la Ruta del Incienso ( Mamshit, Avdat, Haluza y Shivta), los Tels Bíblicos (Megiddo, Hazor y Beersheba),  los Santuarios y Jardines Bahai de Haifa y Akko, Cuevas Nahal Me’arot/Wadi El Mughara, Beit Guvrin-Maresha y Beit Shearim.

San Juan de Acre, (Akko), ganó su lugar gracias a la maravillosa ciudad medieval, tanto por encima como por debajo de la calle, y su condición como un ejemplo destacado de una ciudad amurallada otomana cuyas murallas, con maravillosas vistas al Mediterráneo, los visitantes siguen a pie.

Masada honrado como un símbolo de la identidad judía cultural y humano de la lucha por la libertad ante la opresión. Masada construido por Herodes El Grande también se considera un testimonio extraordinario de toda una villa romana así como del asedio romano sufrido en torno a la meseta. El Parque Nacional de Masada, en continua investigación como respuesta a su condición de Patrimonio Mundial, cuenta con un innovador y moderno museo que muestra algunos de los más preciosos hallazgos de sus excavaciones.

Ciudad Blanca de Tel Aviv: en ninguna parte del mundo hay tal número de edificios estilo Bauhaus como en Tel Aviv. Alrededor de 4.000 viviendas, construidas en los años 30 y 40, por arquitectos judíos emigrados desde Alemania simbolizan la síntesis de las tendencias arquitectónicas del Movimiento Moderno y su integración al medio local. Zona: Dizengoff, el bulevar Rothschild y calles anexas.

La Ruta del Incienso y ciudades Nabateas (Mamshit, Avdat, Haluza y Shivta) es parte de las 1.500 millas de la larga ruta comercial desde Arabia hasta su salida al mar en el Mediterráneo, cruzando Israel por el desierto del Negev. Se construyeron hace dos milenios atrás y las caravanas no sólo llevaban preciadas especias, sino que facilitaron un rico intercambio cultural. La agricultura que se desarrolló a lo largo del camino muestra cómo un pueblo - entonces y ahora - podría convertir un medio hostil en un próspero desierto.

Tels Bíblicos de Megiddo, Hazor y Beersheba son también testimonio de los intercambios culturales a lo largo de las principales carreteras antiguas. Sus intrincados sistemas de abastecimiento de agua, que se ponen de manifiesto durante la visita, también muestran el ingenio y la cooperación de las comunidades antiguas. Los lugares, con sus palacios, murallas y almacenes, también son testigos de grandes civilizaciones antiguas pudiendo constatar el saber y fidelidad de la narrativa bíblica.

Santuarios y Jardines Bahai en Haifa y Acre. Las tumbas de Baha'u'llah y Bab (fundadores de esta religión), representan los primeros sitios del Patrimonio de la UNESCO conectados con una tradición religiosa nacida en los tiempos modernos. La cúpula dorada del santuario Bahai en Haifa, rodeada por inmaculados jardines simétricos distribuidos en 18 terrazas que descienden sobre el Monte Carmelo hacia la Colonia Alemana es sin lugar a duda la imagen más conocida de Haifa.

Nahal Me’arot/Wadi El Mughara. Se trata de las 4 cuevas, en la ladera occidental del monte Carmelo: Tabun, Jamal, El Wad y Skhul. Contienen vestigios culturales que constituyen un testimonio de 500.000 años de evolución humana. Se han hallado conjuntamente vestigios fósiles de los neandertales y de los primeros humanos con la anatomía actual. También evidencia la transición de un estilo de vida de cazadores-recolectores a una vida más sedentaria, basada en la agricultura comunitaria.

Beit Guvrin-Maresha, en las tierras bajas de Judea (Shfela), al sur de Beit Shemesh. Una serie de cuevas artificiales excavadas debajo de las antiguas ciudades gemelas de Maresha y Beit Guvrin. Incluyen cámaras y sistemas con variadas formas y funciones, que dan testimonio de la sucesión de períodos históricos de la excavación. Su uso se extiende desde la Edad de Hierro a las Cruzadas. Las excavaciones originales eran canteras, pero fueron transformadas para diversos fines agrícolas y la actividad local, incluso de escondite en tiempos difíciles.

Beit Shearim, reconocido porque sus catacumbas contienen un "tesoro de obras de arte e inscripciones en griego, arameo y hebreo" y da luz a "un testimonio único del judaísmo antiguo bajo el liderazgo del rabino Yehudá Hanasí (el Dirigente), que lideró la renovación judía después del año 135."

Beit Shearim alcanzó su apogeo como lugar de enterramiento judío en los siglos III y IV de la era común, después de dos revueltas judías contra Roma. La ciudad adyacente se convirtió en un importante centro de la cultura judía después de que Rabí Yehudá Hanasí, el redactor del texto legal judío conocido como la Mishná, se trasladara allí. Muchos judíos prominentes fueron enterrados en estas tumbas.