Quienes visitan el mar Muerto, experimentan tres superlativos a la vez: es el punto más bajo de la Tierra (427 metros bajo el nivel del mar), la alta salinidad impide que exista forma de vida en sus aguas y es el mayor balneario terapéutico al aire libre.

Pero en el Mar Muerto hay vida. Desde la antigüedad, se conocían los beneficios para la salud de la región. Debido a la rica composición de minerales que contienen sus aguas, los vapores del bromo y del oxígeno presentes en el aire tienen cualidades curativas; el barro de su fondo, los manantiales termales y el filtrado natural de los rayos solares, convierten al lugar en una zona de salud y terapia.. Aunque no sólo acuden los visitantes con alguna dolencia.

El mar Muerto es un importante atractivo turístico. La experiencia de flotar en sus aguas es única y especial y muy relajante, mimarse con los barros y hacerse la tradicional foto leyendo. Pero esta región no son sólo playas.
Desde aquí se puede salir a excursiones practicar turismo activo. Pasear por los encantadores parajes naturales: Ein Gedi, Aianot Tzukim, Nahal Arugot y Nahal David, o visitar los sitios históricos: Massada, las cuevas de Qumrán, donde se encontraron los manuscritos más antiguos existentes del texto bíblico; además, tendrán la oportunidad de ver al gerbo, al lagarto del desierto, los ciervos y la peculiar flora del lugar, disfrutando del cálido y auténtico ambiente del desierto.